Durante el tiempo litúrgico de la Cuaresma, la Iglesia vive unos días de conversión y preparación espiritual para celebrar la Semana Santa y la Pascua. Dura cuarenta días (en la Biblia el número 40 hace referencia a un cambio y transformación radicales; aparece, por ejemplo en los 40 días del Diluvio, los 40 días de Moisés en el Sinaí, o los 40 años en el desierto del pueblo de Israel), pero no se cuentan los domingos (pues son siempre fiesta de la resurrección del Señor) así que, en realidad, dura un poco más: desde el "Miércoles de Ceniza" (5 de marzo) hasta el "Jueves Santo" (17 de abril).
Durante la Cuaresma se nos invita a recurrir más frecuentemente a las "armas de la penitencia cristiana": oración, ayuno y limosna (Mt6, 1-6. 16-18). Estos tres consejos evangélicos hay que entenderlos en toda la amplitud de su significado, sin limitarnos a una lectura literal:
- La "oración" no es una llamada a, simplemente, rezar, sino a estrechar la relación personal con Jesucristo intensificando el tiempo que pasamos con Él o haciendo algún ejercicio de piedad especial. Por ejemplo, en Cuaresma se nos invita a rezar el Vía Crucis y a orar con las lecturas de la Pasión, para contemplar y meditar más detenidamente los misterios de la la Muerte del Señor.
- El "ayuno" hace referencia a todo sacrificio, renuncia o disciplina dirigido a crecer o fortalecerse espiritualmente o a ofrecerse a modo de intercesión y oración. La Iglesia, en concreto, nos llama a todos a abstenernos de carne los viernes (en recuerdo de la Pasión y Muerte del Señor) y hacer ayuno el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
- La "limosna" no se limita a la lectura literal de dar unas monedas al pobre, sino que es una llamada a practicar más intensamente las obras de misericordia tanto corporales como espirituales.
Todo este esfuerzo que se nos pide durante la Cuaresma está encaminado a que crezcamos en santidad y podamos celebrar la fiesta de la Pascua con gran fervor. Es una propuesta de nuestra madre, la Iglesia, para que seamos mejores, para que recorramos un nuevo éxodo y dar pasos del pecado a la santidad.
En nuestra Parroquia Espíritu Santo hemos preparado un montón de cosas para ayudarte a vivir todo esto. Las tienes descritas todas juntas en los carteles de la izquierda, y también las tienes por separado en las imágenes de aquí debajo.










